Cada mañana
Se levanta con su
planta
Y el talante de
señora
Y entrando por la
cocina
Se encuentra con
su inquilina
Que a diario
Siempre esta a la
misma hora
Las dos ancianas
Se refugian en la
mesa
Al abrigo de un
café
Mientras por una
ventana en sus cabezas
Entra luz de
amanecer
Y como todos los días
Con el alma rota
Es cuando coge María
Y le cuenta a la
otra
Los recuerdos de
una vida
Que le cuenta cada
vez
Cada mañana
Se levanta aquella
anciana
Con nostalgias del
ayer
Cuando la casa tan
grande
No estaba vacía
Cuando las almas
Llenaban sus habitaciones
Cuando los niños
que jugaban
Tan traviesos cada
día
Le regalaban la alegría
Por los rincones
Por los rincones
Cuando después del
trabajo
Manolo volvía
Un beso para sus
labios
Y a descansar
Cuando en ella repetían
Años de felicidad
De un amor y compañía
Que ya nunca más
tendrán
Ya se está
acabando el día
Ya se tienen que
acostar
Hasta mañana María
Buenas noches
Hasta mañana Soledad
Ay buenas noches
Soledad
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