Una deuda muy grande
Tenemos los gaditanos
A todos lo que hicieron posibles salvar
Tantas vidas de aquellos más necesitados
Victimas del COVID en nuestra ciudad
Batas blancas, verdes
Llenas de dulzura
Que no le tuvieron miedo
Ni a muerte ni a enfermedad
Que apretaron manos denudas
Y acariciaron con ternura
En los últimos momentos lloraron su soledad
Pero en cambio
El obispo de Cádiz
No tuvo para ellos
Ni un poco de humanidad
Nunca abrió las puertas de la iglesia
Pa llenarlas de camas dispuestas
O mantas para albergar
A los pobres, los enfermos
A los jóvenes y viejos
A los que había que cuidar
Toma ejemplo de las cofradías
Que ellos si demostraron
Lo que es humanidad
Debería darte vergüenza
No haberlas dejado entrar
Porque en la Semana Santa
Son las que mandan
Y son dueñas de su catedral
Y son dueñas de su catedral
No hay comentarios:
Publicar un comentario