Te escribo porque no hay forma
De decírtelo a la cara
Le escribo a quien corresponda
En el negocio de la banca
Te escribo para decirte
No vayas a hacerte tonto
Que la atención al cliente
De atenciones tiene poco
Te escribo porque estoy harto
De hablar a una pantalla
Porque tus trabajadores
Ya no te dan rentabilidad
Después
Como vas presumiendo
De tus miles de millones
De ver como sacas pecho
Mientras cierra otra sucursal
Hoy te escribo en el nombre de Juan
De Rosario, Dolores, German
De Milagros y de Sebastián
Y de tantos abuelos
Que no tienen ni ganas ni edad
De entender al cajero
Que después de tanto tiempo
Se merecen por lo menos
Que les trate con dignidad
Los que hacen cola en la puerta de tu oficina
Los que te han confiado
Los ahorros de una vida
Los mimos que hipotecaron sus esperanzas
Ahora son los que estorban
Al progreso de la banca
Los que han sido devorados
Por una tecnología
Que los convierte en un numero
En una cuenta
Y en una cifra
Clientes que son mayores
Pero no idiotas
Solo clientes que te sobran
Con todo el derecho a pedir
A que se les trate por fin
Como a una persona
Como a personas
Como a personas
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