Tú, ¿dónde te va a
poner?…
Tú, ¿pa dónde va a
lanzar?…
Buenas noches,
gaditanos,
aquí estamos Los
Pacientes,
muy felices y
dispuestos
a esperar...
lo que haya que
esperar.
Una vez tirás las
cañas,
con el permiso de
ustedes,
me via sentá aquí
un ratito,
antes que esto se
caliente.
Y aquí yo sueño a
diario
que hoy me toca
triunfar,
¡que me llega un
bicharraco
que no pueda ni
sacar!,
pero si me voy pa
casa
y no he cogío ni
un pescao,
me iré sin más que
yo mismo,
y el ratito que
hemos echao.
Tú, ¿dónde te va a
poner?…
(Yo aquí)
Tú, ¿pa dónde va a
lanzar?…
(Pa allá)
Y así yo vivo la
vida,
desde chico lo he
mamao,
intentar lo que se
pueda,
y si algo llega,
amigo mío, has
triunfao.
Cuando vaya al
otro barrio,
¡que me quiten lo
bailao!
Me iré sin más que
yo mismo…
Me iré sin más que yo mismo,
sin la prisa del
reloj,
sin dolor y sin
rencor,
sin faltar a la
decencia,
sin la ropa y sin
vergüenza,
sin un cargo de
conciencia,
sin la envidia al
triunfador,
sin hundir al
perdedor,
sin un duro en el
bolsillo,
sin la hoz, sin el
martillo,
me iré,
me iré sin más que
yo mismo…
y el ratito que
hemos echao.
Pacientes, los
gaditanos,
que esperan con la
sonrisa,
que venga el maná
del cielo,
que esperan, no
tienen prisa.
Pacientes, los
gaditanos,
que esperan dando
carrete,
que viven
aprovechando
lo que traiga la
corriente.
Que esperaban a
los turistas,
y ahora esperan
que no los echen,
que esperaron más
de 8 años
para ver un puto
puente.
Que esperan nuevos
contratos
en la industria
inexistente,
que esperan
aparcamientos,
dando vueltas,
vueltas siempre.
Y esperan a su
museo,
Hospital que se
promete,
un Castillo
abandonado,
¡gaditano, sé
paciente!
Y así seguirá mi
gente,
feliz en su
indolencia,
y así seguirán las
cosas,
hasta que un
día...
Hasta que un día
aquí se acabe la
paciencia.
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