Cuenta que era que
se era
Una princesa peleona
Que no tenía ni
bandera
Ni religión ni
corona
Que no mordía la
manzana
Que le ofrecía el patriarcado
Porque sabia que
al hacerlo iba a tragar
Repugnancia y sumisión
Ante el espejo
Al despertar
Nunca preguntaba
Quien es del reino
La más bonita
Ante el espejo
Al despertar
Solo se afanaba
En coser las
grietas
De sus heridas
Y se echaba a la
calle
A luchar por su
vida
Y no le gustaban
Los zapatos de
cristal
Ni los bailes de
noche
Que los zapatos le
apretaban
Y el baile solo
dura hasta las doce
Y estando de
recogida
Después de varias
copas
El príncipe la
seguía
Porque quería
Besar su boca
Con la escusa
De cuidarla y
protegerla
La agarró
Pa someter sus
voluntades
Y en un frio callejón
Por su cuello
derramo
La saliva de un
baboso miserable
Y al príncipe azul
No le tuvo miedo
Tiro pa lante
Y le echo la cruz
Lo cogió del
cuello
Desafiante
Y le dijo tu
No me toques mas
Que no lo
consiento
Y el príncipe
aquel
Que era tan
machista y tan arrogante
Le dijo ven
No te me resistas
que te reviento
Y levantando su
puño
Ella dijo que no
Ya se acabó este
cuento
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