Páginas

viernes, 17 de mayo de 2019

Hasta siempre, Capitán


Capitán, he querido esperar a la noche, a que los pensamientos estuviesen mas claros y los sentimientos mas calmados. Pero, aun así, aun habiendo esperado, no me lo creo.
Cuando me llegó ese mensaje por WhatsApp no podía creérmelo, mejor dicho, no quería creérmelo, pero sabía que si me lo decía esa persona tenía que ser verdad. Y, entonces, entré en el pajarito azul y la noticia cayó como un jarro de agua fría. Y el shock aun me dura, junto con el dolor.
Es llamativo que sienta este dolor por una persona a la que nunca he visto en persona. Pero, sin conocerte, te conozco, Capitán. Tu pluma ha sido la forma mas pura de conocerte, de sentir lo que sientes, de sentirme dentro de tus luchas. Tus palabras me hicieron sentirme en pleno Cádiz, pese a estar tan lejos.
Y permíteme que te llame Capitán, porque tu fuiste, eres y siempre serás, nuestro Capitán Veneno. Tu, el que nos decía hace cuatro años que los jóvenes estamos “tan huérfanos de artistas y canciones” hoy nos dejas huérfanos a varias generaciones de la rebeldía y la canallesca en estado puro dentro de los carnavales.
Y a ti, sin tu saberlo, sin conocer a este chaval de Jaén, te debo tanto que darte las gracias no sería suficiente. A ti te debo mas cosas de las que jamás puedas imaginarte.
Yo, aquel chaval que cuando empezaban los carnavales se acostaba, el que no comprendía como a la gente le gustaba, te debo a ti el ser un amante más, un envenenado más. Porque fue en 2006 cuando dos carnavaleros entraron en mi vida, el primero, el que empezó a engancharme fue el Sheriff, con sus “Aguafiestas”. Pero el segundo, el determinante para enamorarme de esta fiesta y de este arte fuiste tú.
De la mano de mi hermana me llego un cd grabado, ya que en esa época no teníamos internet para comprar en El Melli, de “Los Yesterdays”. Y ahí, un chaval de 12 años terminó de enamorarse del carnaval gracias a una chirigota que había surgido siete años antes.
Y no pude enamorarme mas de la comparsa cuando un amigo me enseño “Los Ángeles Caídos”. Y ahí caí en tus redes, ahí fui envenenado por tu arte y por tu pluma. Y ahí, Capitán, empieza mi deuda contigo, una deuda que no podría pagar, porque tu me trajiste la pasión más bonita y maravillosa del mundo.  Y hoy, junto con todos los carnavaleros, me siento un poco mas huérfano de carnavales.
Ya nos costaba hacernos a la idea de que el año que viene no te tendríamos en las tablas, mucho mas nos va a costar pensar que no volveremos a tener nuevas obras tuyas nunca más.
Tu marcaste mas mi vida de lo que te imaginas, pues hoy tengo un blog de letras de carnaval, pero allá por el 2011 empecé a recopilar en una libreta letras de carnaval, empezando por tu comparsa de “Los Príncipes”. Y pensar que uno de mis pasodobles favoritos de todas tus obras es aquel de “La Muerte es una playa” que nos trajiste con una de mis comparsas favoritas. Que irónico y cruel es el destino.
Y fue ese mismo año, en 2011, cuando fui a mi primer festival de carnaval, allá en el Carpio, y me compre mi primer CD, que me lo regalo mi hermana, para ser exactos, y fue el de “Los Príncipes”.
Y jamás voy a olvidar que la primera vez que fui a Cádiz en Carnaval lo hice vestido de una de tus comparsas, de “Los Inmortales”, y eso eres tu para nosotros, porque eres inmortal.
No quiero ni pensar, Capitán, en la gente que puede que no hubiese llegado a conocer si no te hubiese escuchado. Esas personas que no entraron en mi vida, sino que la invadieron y le dieron un vuelco, enseñándome a vivir de una nueva manera, tan distinta, tan gaditana. Y todo gracias a que me envenenaste.
Ni hacerme una idea de las vivencias, las alegrías, los malos ratos que se hicieron menos malos con una copla. Tus comparsas y chirigotas acompañándome en innumerables viajes. Porque tú, capitán, serás eterno en mi vida y mi corazón.
E incluso mi última adquisición carnavalera tenía que ser un CD de tu chirigota Capitán, donde además de envenenarme me convertiste en un chelevariano más, dispuesto a luchar en tu revolución. Y hoy te nos vas, y a la vez permaneces, porque mientras tu cuerpo se marcha, tu alma y tus enseñanzas para siempre se quedan. Porque los cuerpos son efímeros, pero tus coplas son eternas.

Nos dejas tus carnavales, pero te llevas nuestros corazones, por ti soñamos con volar con alas negras como un “Ángel Caído”, para disfrutar de los besos en la Tierra y en Saturno. Nos “Condenaste” a una vida de carnavales y nos hiciste ser “Príncipes” de la copla. Y da igual que sea “Yesterday” que “antesdeayesterday”, porque las “Rosas Negras” se vuelven cuando no tengamos tus coplas en “Las Noches de Bohemia”. Nos convertiste en “Ladrones” luchando contra los “Mafiosos” “Millonarios”. Y para ellos nosotros, tus “Chele Vara” usamos de uniforme esa “Guayabera” que tu pluma nos regalara. Y da igual que venga “La Pasma” que seguiremos cantando a tu “Gaditanissima” manera. No habrá “Catastrophic Magic Band” que se resista a luchar como un “Paria” para volvernos todos “Ninfos”. Nos enseñaste que una chirigota podía ser un “Peasso Coro” que “Los Guiris” mueren por el “Golfo de Cádiz”. Y por ti recorrí “Kadi Citiy” para tomarme un “Tinto de Verano” con quien invadió mi mundo dando vida a mis “Ruinas Romanas”.
Te prometo que seré un “Pantera” que luchare por los verdaderos “americanos” y cuando cante flamenco siempre será “Flamenkito Apaleao”. Que “Araka la Kana” cruzo el océano para cantar contigo, porque si “Los Comparsistas se la dan de Artistas” tu nos hiciste a todos enamorados de las coplas. Desde hoy me convierto en un “Peregrino” que visitara tu “Serenissima” teniendo siempre en la mente a ese “Capitán Veneno” que sus coplas volvieron “Inmortal”

Sirvan estas palabras para reconocer a un grande, pero no de nuestras fiestas, sino un grande y un genio en general. Y desde aquí mis ánimos y toda mi fuerza a su familia y amigos, y a su agrupación. Gracias por hacernos llegar las palabras y los sentimientos del genio canalla.
HASTA SIEMPRE, CAPITÁN.
Gracias por envenenar mi corazón, pues, sin conocerme y sin siquiera llegar a saberlo, has marcado la senda que tomó mi vida hace años, con mi cuerpo en Jaén, mi alma en Cádiz y mi corazón, “Caminito del Falla”.

4 comentarios:

  1. Gracias Jose Carlos, has descrito la vida de muchos de nosotros.
    Como tu bien has dicho todo sigue pero sus letras quedan clavadas en nuestras almas y eso es lo mejor que se puede decir de un carnavalero.
    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  2. y por cierto...me uno a ti "caminito del falla"

    ResponderEliminar
  3. Gracias por esta nota. Desde Argentina tratando de entender que este genio no esté más. Un abrazo grande

    ResponderEliminar
  4. No tengo palabras para decir lo que siento. Me pasaba como a ti, no entendía porque se quedaba la gente mirando el concurso donde tantos gritaban... Hasta que me fije en las letras del Capitan. Gracias también por tus palabras.

    ResponderEliminar