La sede de la
gaviota
Tiene un altar y
un retablo
Donde veneran y
adoran
A un viejo y pobre
diablo
Que por la gloria
de España
Y con el yugo en
la mano
Muerde, berrea y
araña
Por comerse las
entrañas
De los gaditanos
Ese señor mayor
Amante del
fascismo de vanguardia
Es Blas Fernández
Heredero
inexpugnable
De los de la vieja
guardia
La vieja guardia,
la vieja guardia
El que niega el
bono ayuda a sus paisanos
Y deja un pufo
millonario
En la Tacita
El que se mea en
nuestras cruces pregonando
Que vivimos
suplicando que nos den una paguita
El que amordaza
las verdades denunciando
Al pobrecito que
desprecia su inconciencia
Ojalá que al
jubilarte
Por tu boca se
atragante
Tu perrísima
conciencia
Hasta que te
rindas en la cera
La vomites y te
mueres
Y te mueras de
vergüenza
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