El duende del
gaditano
No reside
solamente
En un tango a la
caleta
En la pasión del
estadio
En la cruz del
penitente
O en un cante de
ida y vuelta
El duende de
nuestra tierra
Además de a
marea
A incienso y
romero
Huele a lucha y
a pelea
Y a la sangre
del obrero
Cádiz de puertas
pa dentro
Encierra el
lamento
De un joven
parado
La redención de
una playa
Que añora y que
calla
Lo que le han
robao
Y los ratitos de
un pueblo
Que busca
sustento
Pegando bocaos
Pero de puertas
pa fuera
Es la puñetera
sonrisa que sale
De unos catetos
que solo
Le arriman el
hombro
A sus
hermandades
El sambenito de
flojo
Que cura su
enojo
Con los
carnavales
Mírame bien la
etiqueta
Y no seas más chabacano
Que no pone
copla y fiesta
Solo pone
Gaditano
Y si me visto
compadre
De chufla o de penitente
Es pa cantar y
limpiarle
Los pecados mi gente
Pero después me
desnudo
Y voy sin casco
ni escudo
A echar cojones
en el puente
Y si no
entiendes la guerra
Del obrero y de
las letras
De la horquilla
y del compas
Ay tiritritan
No entiendes el
duende bendito
De nuestra
ciudad
Tiritritan
No entiendes mi
historia, mi sino
Ni mi libertad
Tiritritan
No entiendes el
doble sentido
De este guirigay
Y no entenderás
que al extranjero
Diga que esto es
lo que hay
Y que me sobra
hasta el cielo
Porque mi nación
Es Cai
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